Mi nombre es Becka Headway, la mayoría reconoce mi apellido
por ser la primera luchadora mujer en ganar 4 campeonatos de lucha libre
consecutivos, enfrentándome no solo a mujeres mucho más fuertes que yo, sino también
a hombres que me triplican en peso y masa corporal, muchos dicen (y lo he leído y escuchado) que llegue a ser
quien soy solo con dinero, ellos no saben mi verdadera historia.
Muy bien. –Una mujer rubia llena de Botox que “disimulaban”
sus recién cumplidos 43 años era la presentadora de “Good Morning America” hizo
un pequeño y disimulado gesto con las manos para que la cinta, que tenia
grabada las palabras de Becka fuera cortada para dar paso a su voz chillona-
Las cámaras del set enfocaron a la bronceada (falso
bronceado, cabe destacar) rubia, su falsa sonrisa y sus dientes aparentemente
blancos iluminaron las pantallas de aquellos indefensos estado unidenses que
solo querían tomar un tranquilo desayuno en familia.
Esa fue la voz de Becka Headway, a quien tendremos el placer
de ver en el set mañana a esta hora, estaremos hablando de su carrera, y de
cómo decidió no ser una princesa, como las chicas normales –sus ojos verdes sin
compasión buscaban destruir a través de una pantalla a Becka, solo que ella no
estaba viendo el programa-
En un pequeño
departamento en el sur de California una pareja esperaba tomar tranquilamente
el típico desayuno americano mientras, en el televisor de la cocina, Anna Wife,
la presentadora rubia de “Good Morning America”, decía celebres palabras sobre cómo
combatir la obesidad y lucir un fabuloso cuerpo de gimnasio en solo 6 semanas
desayunando diariamente “Anna O’s”.
¿Viste Beck? Anna se
burla indirectamente de ti –dijo un hombre de cabellos oscuro y ojos azules
mientras tostaba unas rebanadas de pan blanco desde la cocina-
Esta celosa de que a mí el Botox si se me vea natural –Becka
respondió desde el comedor y ambos rieron-
Becka, tenia apena 23 años, era una mujer normal, de
estatura promedio, no muy musculosa a pesar de su profesión, con cabello corto,
rizado y marrón, y ojos de color miel, tenía unas cuantas pecas diminuta en el
pecho y muchos lunares en el cuello y parte de las mejillas, parecía una
adolescente aun, vivía con su prometido, eran novios desde hace 10 años, Mickey, un hombre más
alto que ella, de unos 26 años, de cabellos oscuros, llegando a tonarse negros,
y ojos de un azul profundo, siempre estaba despeinado y parecía un pequeño
niño, por su comportamiento y su carácter juvenil.
Eran una pareja normal, Vivian en un pequeño departamento,
el estudiaba diseño grafico mientras que ella estudiaba Medicina, solo que
Becka ahora era una luchadora profesional, había empezado como un hobby y
termino siendo la segunda mejor del listado, después de la fallecida Rebeca
Grace*.
Mickey nunca se opuso a la pasión que sentía su novia de
luchar, siempre estuvo en las gradas con grandes carteles que decían “Te amo
Becka” animándola, siendo su primer y para ella, único fan.
Le había propuesto matrimonio un 29 de Septiembre, y
planeaban su feliz boda en Hawai, tenían un pequeño perro llamado Stan, con el
que Mickey bromeaba con sus vecinos diciendo que era un dinosaurio en
miniatura.
Ahora, solo planeaba una forma inocente y poco sospechosa de
acabar con Anna, la presentadora que se había burlado a nivel nacional de su
prometida.
¿Crees que si incendio su ropa alguien de seguridad se dé
cuenta de que fui yo? –dejo de lado la rebanada de pan con tocino y queso
cheddar y miro directamente a los ojos a Becka, con una mirada infantil característica
de el-
Becka se sorprendió y dio un sorbo a su jugo de manzana
pasteurizado
Mi lindo Mick, en el set hay cámaras de seguridad –le dio
una pequeña palmada en el hombro a su prometido-
Ah –este bajo la mirada, como si fuese un niño que hizo una
travesura y es castigado-
No tienes que vengarte de ella, solo hizo un comentario
tonto –volvió a beber de su jugo-
Pero fue hacia ti –volvió a mirar a su prometida, con cierta
rabia expresada en sus ojos-
Eso no quita que sea tonto, tú mismo has visto lo envidiosa
que es esa mujer, ahora deja de pensar formas de asesinarla y termina de
desayunar.
Habían pasado 24 horas desde el programa anterior, ahora
todos se preparaban para una nueva emisión, los camarógrafos caminaban de un
lado a otro posicionando sus cámaras, las maquillistas daban los últimos retoques
a sus presentadores, el director encargado se quejaba de la poca azúcar que tenía
su café, Anna preguntaba a todo el que pasaba si el verde combinaba con el
rosado y era ignorada por todos y Becka, estaba tranquilamente sentada en el
pequeño sofá del camerino que le habían asignado, observaba a Mickey, quien
registraba cada gaveta, caja, incluso, florero que había en el camerino en
busca de una cámara escondida.
Eres un poco paranoico. ¿Sabías eso? –Becka se levanto y
abrazo a su prometido-
Lo sé, que puedes esperar de mi, mi hermano era un hacker
que hacia ese tipo de cosas –abrazo a Becka aun más fuerte-
Deja de culpar a Nick de todo lo que te pasa –ambos rieron, Becka
dejo de abrazar a Mickey y volvió a sentarse en el sofá, segundos después un
hombre delgado y rubio entro en el camerino para avisar que debía salir a
escena en menos de 10 minutos.
Becka y Mickey se dirigieron a la zona asignada, en donde él
se quedaría y ella terminaría de prepararse para salir a darle los buenos días a
America.
Sin más que decir –Anna suspiro- Con nosotros esta Becka
Headway.
Los aplausos de las personas invitadas al set se hicieron
presentes, Becka, quien vestía de una manera muy natural y sencilla, a
diferencia de Anna, quien parecía ir a una fiesta en Beverly Hills, sonrió a la
cámara y se sentó en el pequeño sillón de animal print que estaba al lado de
una mesita de té.
Buenos días –dijo con una tierna sonrisa, mientras se
quitaba un mechón castaño del rostro-
Hola Becka –Anna le dedico una sonrisa hipócrita- cuéntanos.
¿Qué se siente ser la segunda mejor luchadora en el listado? –Dijo Anna con un
evidente tono de burla-
Bueno, se siente bien no tener que hacer una larga fila de
espera para entrar a las discotecas –Becka uso aquella vez en la que Anna tuvo
que esperar una hora mientras que ella y Mickey entraron sin necesidad de
revisar lista-
La mirada de odio de parte de la rubia no fue sorpresa para nadie.
Bien, -Anna acomodo sus papeles- dinos cuál es tu rutina
diaria.
Entreno a diario, desde las 6am hasta las 9am, de resto,
tengo el día libre.
¿Cómo te preparas para tu próximo enfrentamiento?
Como siempre, entreno la misma cantidad de veces.
¿Y no crees que alguien como tu debe entrenar más? Competirás
con oponentes mucho mas fuertes –Anna hizo referencia a la poca musculatura que
poseía Becka-
No, según mi entrenador no hace falta, tengo suficiente
fuerza física como para resistir el enfrentamiento –Becka miraba a Anna con
desprecio-
Veras Becka, ayer hablábamos de que por cada 10 personas hay
3 con sobrepeso. ¿Qué puedes recomendarles tú, que al parecer no comes, a
ellos? –Todo el set guardo silencio y Anna se dio por ganadora-
Bueno Anna -Becka miro directamente a la cámara- Lo último
que deben hacer seria comer tu cereal –miro a Anna- según tu comercial lo comes
diariamente, y al parecer, por tus fotos en bikini, no te favorece, no he visto
tu fabuloso cuerpo de gimnasio –Becka dio una última sonrisa y el director le
indico a Anna que había terminado el tiempo de la entrevista, la cara de
envidia y sorpresa de la rubia le indico a America que había terminado todo-
Becka camino hacia su prometido, quien la abrazo
fuertemente, y tomo un pastelillo de fresas que había en el bufet, justo en el
momento en el que Anna pasaba.
Oye Anna –la rubia se acerco con una cara de asombro por el
lindo rostro del chico-
¿Dime lindo? –lo miro con ternura y picardía-
Tu tampoco eres una princesa, ni porque quieras –Y luego de
decir esto aplasto el pastelillo en la cara de la rubia-
Todos en el set aprovecharon para reírse de Anna, a quien
consideraban una mujer bastante falsa.
Becka y Mickey dejaron el estudio, y se fueron juntos hasta
su departamento.
-Meses después-
Entonces, llegue y le aplaste el pastelillo en la cara, de
todas formas no estaba muy bueno –Mickey contaba la historia a sus amigos y
compañeros de estudio, quienes habían asistido a la boda-
¿Vas a seguir contando la historia Mick? –Becka apareció y
Mickey guardo silencio- ¡Es la cuarta vez que lo haces!
Gracias Becka –los amigos de Mickey agradecieron a coro-
Mickey siguió a Becka hasta la gran mesa decorada en colores
rojo y blanco, donde posaba el pastel de bodas, y juntos, después de la debida
ceremonia, cortaron el pastel.
Copas de vino blanco, y Champagne adornaron el escenario, la
luz del sol, en pleno atardecer, iluminaba a la feliz pareja, quienes nadaban persiguiéndose
en el mar.
Y Anna nunca más trabajo en televisión.
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