sábado, 31 de diciembre de 2011

Hermanos de un mismo café

Te detesto Dunkin Donuts, mucho, muchísimo, no miento.
Yo iba felizmente escuchando Skryllex cuando entre a esa asquerosidad de cafetería para comprar un simple cappuccino que, sabia horrible, además de que el servicio era horrible.
Es la peor cosa del mundo, nunca tomen café allí, escucharon ¡nunca!
Lo malo, era que Starbucks estaba muy lejos de donde yo estaba, que en si, no tengo idea de donde estoy, según este mapa del subterráneo estoy en… alguna esquina de Holanda, esto es lo malo de mis padres, siempre tenemos que viajar con ellos, siempre es de noche cuando lo hacemos y nunca tenemos idea de donde estamos porque cuando despertamos en el hotel ellos ya no están, pero si es Holanda, la ciudad de mi apellido, antes creía que llegaría me dirían “oh eres una Hudec” y cantaría “I gonna shine” mientras todos bailaban a mi alrededor, pero bien, luego me di cuenta de que eso nunca sucedería, y ya había crecido y realmente ya no tenía ganas de llamar tanto la atención.
Si bueno, se que dirán que si no quería llamar la atención no hubiera salido de Dunkin Donuts insultando a la gerente y a la cajera, ah, y a la que servía el café.
Pero no es mi culpa que el café de allí sepa a gato quemado, y mucho menos que los uniformes sean blancos y se vean tan mal llenos de café ¡Ups!
Si, le derrame el café encima a la que servía el café, la cajera llamo a la gerente e insulte a ambas en francés.
No, no se hablar francés, pero ellas tampoco, así que mientras pongas una cara de enojo y disgusto y repitas muchas veces frases gritadas, todos creerán que los insultas.
Y mi Ipod se quedo sin batería, so great.
Así que hice lo que mejor se hacer cuando mi Ipod se queda sin batería, preguntarle a la gente donde quedaba Starbucks
Si, es que siempre que lo escucho es cuando voy a tomar café, pero siempre se queda sin batería, y odio tomar café sin música, así que atormento a la gente preguntándole donde queda Starbucks para llegar rápido y poder tomar café rápido.
Y luego de tanto caminar y preguntar, me dijeron que Starbucks quedaba en la avenida del café, genial, como si yo supiera donde era eso.
Pero como si el camino estuviera iluminado por ángeles, vi un inmenso letrero que decía
“Avenida del café”
Oh Alice, eres tan fabulosa.
Habían cafeterías por todos lados, y la avenida estaba impregnada de ese delicioso aroma a café, café sin quemar Dunkin Donuts, por eso nunca llegaran a esta hermosa avenida.
Y casi al final, estaba el hermoso local con sus hermosas letras en verde que decían de manera hermosa “Starbucks”
Entre, y como si ese fuera un mundo paralelo, habían tantas personas, todas vestían de manera perfecta, todos eran tan hermosos, tomando café y algunos comiendo pastelillos, personas de todas las edades, una canción suave sonaba de fondo, era en español.
Me senté en una mesa de dos, pero venia sola, ya que mi hermoso hermano, no quiso venir conmigo. ¿Por qué? Porque el quería ir a comprar las entradas para Jane’s Addiction haciendo una fila de 14 horas, hermano, hay algo llamado internet.
al lado de mi mesa había un conector, donde conecte el cargador de mi Ipod, y lo deje cargar sobre la mesita que tenia impresa el símbolo verde de Starbucks.
Hacia frio, todas las ventanas estaban empañadas, haciendo que la cafetería con suelo de madera, con muchas plantas decoradoras y enormes ventanas se viera aun mas hermosa.
Todos los que estaban en ella eran holandeses, se notaba gracias a su blancura, todos vestían con bufandas o abrigos, y los empleados del local tenían todos bufandas y sweaters.
Una camarera se me acerco, pero justo en ese momento sonó mi celular así que la chica se fue, vi en la pantalla el nombre de Andreas, gracias hermanito hermoso por hacer retardar mi café.
¡Ya compre las entradas! Hermanita, iremos tu y yo sin Marie VIP a ver a Jane’s Addiction.
¡Genial! –si fue lo único que pude pronunciar, Jane’s Addiction ha sido mi banda favorita desde que tenía uso de razón, y eso era algo así como, desde que a mi hermano le gustaba, mi emoción era tan grande que no pude pronunciar mas palabras-
Hasta que respire y le dije. ¡André iremos a Jane’s Addiction! Mi sueño se hará realidad al fin 
Todos en la cafetería me miraron, pero no, a mi no me gustaba llamar la atención.
Y luego de eso cerré la llamada
¿Vas a Jane’s Addiction? Genial, yo también
Y me percate de que tenía un mesero atrás.
Si, es mi banda favorita –sonreí-
Igual la mía, mi canción favorita es Irresistible forcé
Igual la mía –sonreí inmensamente, mi hermano siempre había odiado esa canción-
Escuche que mañana la cantaran –y sonrió también- es mi sueño verlos cantar eso de cerca
¿Mañana? ¿Es tan rápido?
Si, ¿No sabias?
No, mi hermano me dijo que había visto un cartel sobre el concierto y que compraría las entradas pero no me había dicho que era mañana.
Es un concierto muy pequeño, es algo así como un concierto privado, todas las entradas son VIP fue muy rápido cuando lo anunciaron al público, me sorprende que aun quedaran entradas ¿no eres de acá cierto?
Estoy de viaje, llegue hace un par de días, bueno, tanto así que pase una hora buscando esta avenida –y se rio, se rio tanto que de nuevo todos me vieron, odio tanto llamar la atención-
La mayoría de las cafeterías están acá, menos, Dunkin donuts
¡Detesto ese lugar! Es un asco –y el volvió a reír-
Yo también lo detesto, el servicio es asqueroso y el café sabe a quemado, yo trabaje allí, y todo lo que hice por evitar quemar el café lo quemo mas  -y yo reí- ¿Qué quieres ordenar?
Oh lo había olvidado, yo venía a tomar café.
Quiero un Cappuccino, con crema chantilly y azúcar, ah y con chispas de chocolate
Te dará un coma diabético –dijo mientras reía sorprendido, no lo pude evitar, yo también reí-
Amo el azúcar –dije sonriendo-
Enseguida te lo traigo
Y  salió de mi vista.
En lo que había detallado en los momentos en los que no me reí, que fueron pocos, tenía unos inmensos ojos azules que me recordaban tanto a mi hermano adorado, no, no soy hipócrita. Mi hermano era la persona que mas amaba en el universo, y siempre adoraría sus ojos azules.
Se me olvidaba, necesito que me digas tu nombre para escribirlo en la orden –y el chico de ojos azules que se parecía a mi hermano regreso-
Alice. Alice Hudec –y sonreí-
Me presentare yo también, me llamo Gerard Livosk –y me di cuenta de que su cabello resaltaba sus ojos, era de color castaño y tenia pecas, era como verme a mí y a Andreas juntos en una sola persona-
Perdona que te diga esto pero, me recuerdas a mi hermano –y su cara de “que mierda” fue un poema-
Ten, y le extendí una mi celular, esos somos el y yo en navidad –la foto nos tenía solo a nosotros, lo más hermoso de mi familia obvio. Está bien, no-
Creo que, solo los ojos. –y sonrió- eres linda
¿Me sonroje? Creo que sí, asco, cuando me sonrojo mis pecas se ven extrañas.
Pero el también se sonrojo y sus pecas también se vieron raras. Tenía que decir algo, y tenía que ser rápido
Gracias, tú también eres lindo –y Alice acaba de decir algo que no debía decir-
El iba a decir algo, lo sé, pero alguien lo llamo desde la barra diciéndole que tenia ordenes que llevar.
Fui salvada por la campana (¿) es que suelo embarrarla muchas veces, como aquella vez que le dije a la novia que no soportaba de mi hermano que el era gay y que ella era una simple chica con la que el aparentaba ser hetero.
¿Tengo que decir que le no me hablo como por dos meses? Para perdonarme tuve que decirle al chico que me gustaba y yo le gustaba que yo era lesbiana. Cosas de hermanos, ¿somos un encanto cierto?
Pero así somos los Hudec, los auténticos, no tu Marie. Si mi mente fuera un libro y Marie mi hermana lo leyera, me odiaría, más de lo que yo a ella… si eso es posible.
Bueno en si no la odio solo, la detesto, es tan detestable… tanto así como Dunkin Donuts.
Y una hermosa taza de Starbucks con crema y chispas de chocolate se poso frente a mis ojos grises maquillados de negro por primera vez en este mes.
Aquí tienes Alice –dijo el sonriente chico de ojos azules y pecas que era un Hudec autentico- de parte de tu hermano perdido
No lo pude evitar, mis risas se escucharon por todos lados de aquella cafetería.
Pero recuerden, que a mi no me gusta llamar la atención.
Gracias hermano perdido –y me levante y le di un beso en la mejilla- considérate uno de los hermanos Hudec  oficialmente.
El se retiro, no podía pasar todo el día hablando conmigo, tenia clientes a los cuales atender y regalar sonrisas blancas de ojos azules.
Mañana lo vería en el concierto, de la hermosa banda Jane’s Addiction.
Pague y le deje propina a Gerard, junto con una nota que decía “nos vemos mañana en el concierto, te presentare a mi hermano y veras que si se parecen”
Me quedaría un mes en Holanda. Un mes en el cual iría a beber café siempre a este Starbucks
Y veré a aquel chico de ojos hermosos que con sus sonrisas alegro mi día.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

99 Red Ballons

Corríamos por el parque más grande de toda Berlín, mi mejor amiga Alice y yo, Chelsea, teníamos ambas 16 años, y habíamos sido vecinas hasta los 15, cuando Alice se fue a Hamburgo. Pero a pesar de los kilómetros de distancia, ella era la única persona en la que confianza, bueno ella y mi hermano, los únicos en los que confiaba como confió.
Me llamo Chelsea Volkösva, soy el típico ejemplo de alemana rubia ojos verdes y de tez que parece no hubiese visto el sol en toda su existencia, termine ya la segundaria pero mientras estudie, tuve muchos conocidos, era una persona bastante conocida, más que nada, por mi hermano rubio que era el amor de toda las niñas desde primer año hasta las que ya habían salido. Pero a pesar de todas esas personas que conocía, no los cambiaba a ellos dos.
Alice, ella no tiene un mundo definido,  es de esas personas que, si no llegas a conocer a fondo no tienes la mas mínima idea de cómo es porque es demasiado, si  demasiado cambiante.
Ese día tenia su toque infantil, quiso que entráramos a una juguetería, y lo primero que vio fue un paquete de 100 globos rojos.
¿Los compraras? –le pregunte viendo como se dirigía a tomar una de las bolsas apiladas, eran los únicos de color rojo, el color favorito de Alice.
¿Bromeas? Son los únicos rojos, si no los compro mi vida estará vacía –ella siempre tan exagerada-
¿Cuánto cuestan?
-busco por un momento el precio tras el empaque-  solo 2 (euros)
Ten –y le extendí un billete de 1, ella me vio de mala gana-
No, a ti no te gusta el rojo y sé que no comprarías unos globos de ese color –y no acepto el dinero-
No seas tonta, los soltaremos juntas al final de la tarde, ten –y finalmente tomo el dichoso billete-
Luego del sermón del hombre de la juguetería de que hicimos mucho escándalo, salimos de allí
¿Y quiénes se burlaron por más de diez minutos de Alice y sus globos?
Mi hermano y el hermano de Alice. Pero cuando fuimos a llenarlos de Elio para lanzarlos, ellos querían ser los primeros.
¿Lista? –Pregunto mi pecosa amiga-
Siento que aquellas madres nos ven raro
Pide un deseo –y luego de eso soltó el primer globo al cielo, un punto rojo que se paseaba por el azul cielo invernal-
Y seguido de ella solté el mío ¿Cuál fue mi deseo? Que Alice siempre estuviera allí para mí.
Lanzamos todos los globos al aire. 99 globos rojos se veían volando por el cielo azul. 99 ya que por alguna razón, llamada, niños, no encontramos el último globo que se nos había caído en el césped cerca de los juegos del parque.
Al final del día los cuatro fuimos a comer una pizza, y como típica salida nuestra, la típica discusión de Alice y su hermano Andreas por “yo quiero anchoas pero a ti no te gustan”
Y como siempre, Chelsea al rescate pidiendo la mitad con anchoas y la otra sin anchoas, típicos hermanos que se pelean hasta por el oxigeno que respiran.
Esa misma noche, un grupo callejero se sentó a mitad de la gran avenida llena de personas haciendo compras y cenando y cantaron una hermosa canción. Y como Alice casi no es amante del arte y casi que no conoce a cada artista callejero de Alemania, se acerco y los saludo como si fueran amigos de toda la vida
¡Chicos! Vengan a conocer a Jhosh y a Nora. Unos amigos que conocí en Hamburgo en un concierto.
Y Jhosh y Nora eran una pareja verdaderamente simpática, también apasionados por el arte, los artistas, siempre con ese espíritu libre. Aun recuerdo la primera vez que Alice nos presento a uno de sus amigos artistas, era un chico de cabello verde y lleno de tatuajes que amaba la poesía, lo conocimos en una noche de talentos de Starbucks, Alice es aficionada a Starbucks, tanto que tiene credenciales de “Cliente Estrella” en cada Starbucks de cada país que ha visitado.
El chico era raro pero su poesía era hermosa, ese día creo que todos nos dimos cuenta de que vemos los rostros pero no vemos los corazones.
Y Jhosh y Nora lo volvían a demostrar, a simple vista parecían una pareja mas, común de esos que llegan a casa luego del trabajo solo a cenar y a dormir. Pero ambos eran viajeros, conocían cada rincón de Alemania y esta era su última parada antes de irse a Rusia a formar su hogar, pasamos con ellos las últimas horas de nuestra salida de fin de semana, el último fin de semana que pasaríamos juntos ya que, Alice y Andreas se irían a la universidad de Cambridge, la familia de estos no querían que ellos formalizaran sus estudios en el país.
Esta quizás sería la última vez que viera a mi mejor amiga.
-Muchos meses después-
No tengo idea de cuánto tiempo paso, solo sé que poco después de que Alice se fue mi perro escapo y empecé mi carrera de medicina en una universidad que en estos momentos no importa cómo se llamara, no, no había perdido el contacto con mi amiga, en lo mas mínimo.
Incluso vendrían este fin de semana a Berlín, a pasar las navidades con su familia y a volver a ver a sus viejos amigos y vecinos.
Y finalmente, luego de unas largas cuatro horas de espera en el aeropuerto, si, el vuelo se había retrasado, típico en Inglaterra. Vimos pasar por la puerta de llegada la cabellera rubia de Andreas Hudec mientras que más atrás, venia Alice cargando todas las maletas de ambos, todos los presentes que vimos la escena de Andreas llegando triunfador y Alice mirándolo de mala gana reímos.
Me sorprendí de lo altos que se veían ambos, nunca me imagine que crecerían tanto en… bueno no tengo la mas mínima idea de cuánto tiempo paso, pero cuando abrace a mi amiga no tuve que inclinarme como siempre, yo siempre había sido muy alta, mucho más alta que ella.
Luego del día de Navidad, los mismos cuatro que siempre salíamos todos los fines de semana, quisimos ir al parque de Berlín, el mismo que daba a aquella gran avenida llena de tiendas y restaurants que siempre estaba llena de gente, la misma avenida en la que conocimos a Jhosh y a Nora aquella noche de invierno, a diferencia de que hoy eran solo las 3pm, y que no hacia tanto frio como siempre en esta época del año, Alice reconoció a una pareja que estaba sentada en una banca observando a su pequeño hijo jugar en el parque y corrió a abrazar al pequeño, hijo de Nora y Jhosh, quienes habían venido a pasar Navidades en Alemania para reencontrarse con Alice y que esta conociera al pequeño, claro que también se alegraron mucho al vernos a todos nosotros juntos, y Alice con su espíritu infantil corría tras el pequeño niño de cabellos negros que debía tener unos tres años de edad apenas, cuando me llamo para que lo persiguiera también, me sorprendió ver bajo una banca un globo enterrado en la arena del parque, Alice se percato de mi cara así que fue a ver qué pasaba y al desenterrar el globo nos dimos cuenta de que era el globo que se nos había perdido aquel día en el que nos despedimos.
Y ambas corrimos, como hace años, a el pequeño local de los globos de colores para volver a llenar nuestro globo con Elio, y los cuatro lanzamos el globo al aire en señal de que nuestra amistad nunca moriría. Pensé en esos maravillosos amigos que tenia, y lo deje ir.

martes, 27 de diciembre de 2011

The London bridge

Nos conocimos, nos gustamos, salimos, nos volvimos novios y ahora es el amor de mi vida y yo soy el suyo,  o bueno eso pensaba yo hasta que aquel día, tuve que partir de Londres a Paris, mi padre fue transferido del trabajo justo el mes en el que cumplíamos 3 años de una hermosa relación. Habían pasado exactamente 12 meses desde que me mude a un pequeño departamento con mis padres en Paris, soy hija única y me llamo Sophie.
Soy muy cambiante, no tengo una comida favorita y mucho menos un estilo musical definido, crecí sin hermanos y rodeada de paisajes, mi padre era transferido mucho de su trabajo. Pero al final del juego vivíamos en una hermosa casa con vista al lago en Londres, me gustaba mucho pasear por el puente y llegar al Big Ben para admirar su estructura, no estudio, trabajo para una famosa revista de turismo ya que soy una apasionada a la fotografía, mi mejor amiga Alice me había conseguido el trabajo cuando se entero que había dejado mi carrera de arquitectura en el tercer semestre, definitivamente los estudios no eran lo mío.
Mis padres no estaban en contra de mi pasión, todo lo contrario, me admiraban por mi espíritu libre, vengo de una familia de grandes estudiosos, la mayoría médicos o abogados, el que menos estudio era contador, soy la única en toda mi familia que ha dejado sus estudios por una pasión.
¿Mi historia?
Trata de aquella ves que tuve que despertarme a las 4:30am, correr al puente de Londres y capturar en una fotografía el amanecer tras el  Palacio de Westminster, fue difícil, demasiado, pero allí estaba mi mejor amiga, nunca me abandonaba en mis locuras, quería obtener la mejor foto para que todos admiraran lo hermoso de mi ciudad, Londres era la ciudad más hermosa en la que había vivido, Alice llevaba un cappuccino y un pastelillo de chocolate de Starbucks que compro para darme energía, mientras que su novio Willem llevaba un cappuccino y unas cuantas galletas para ella para que tuviera energía para darme energía, con ellos dos junto a mí, no me faltaba nada.
Había conocido a Alice en mi primer día en la universidad de Cambridge, ella era la encargada de dar el tur por toda la universidad y presentar a los nuevos ante los delegados de cada año y todos los profesores, para ambientarnos un poco, nos dimos cuenta de que teníamos muchas cosas en común, ambas respirábamos por ejemplo, y en menos de lo que pensamos nos convertimos en las mejores amigas, con la única diferencia de que Alice estudiaba psicología y trabajaba en la fotografía para pagar sus estudios.
Conocí a Willem el novio de Alice en el cumpleaños 18 de ella, fuimos a un picnic en el cual, conocí también a las amigas de Alice, tres chicas muy simpáticas que en esta historia no tienen mucho que ver.
Justo antes de que pudiera tomar la esperada fotografía un chico pelirrojo se atravesó en el lente de mi preciada Canon vestía un sweater blanco ajustado a su figura delgada, un pantalón con un extraño diseño verde manzana y unos converse rojos que combinaban con su cabello anaranjado, no les mentiré el chico capto mi atención de inmediato, al tomar la foto, se veía claramente como el caminaba por el puente bebiendo un chocolate caliente de Dunkin Donnut’s  cosa que Alice y Willen optaron por ignorar, ya que ambos eran clientes estrellas con un 50% de descuento en Starbucks, Alice incluso tenía unos pendientes con tazas de frappuccino que eran, realmente, hermosos.
Pero el flash de mi cámara no tardo en notarse, y aunque ya había tomado la fotografía y había quedado perfecta, el chico se había percatado de la cegante luz blanca y en menos de lo que pensé, ya estaba frente a mí.
Hola –me saludo con el característico acento ingles- creo que accidentalmente Salí en tu fotografía, -ellos y su manera perfecta de hablar- lo lamento demasiado
No te preocupes –mi acento ucraniano no tardo en aparecer- ahora se ve mas bonita, tu característico cabello contrasta con los colores del amanecer –y le mostré la fotografía-
Impresionante –dijo asombrado- eres una gran fotógrafa, espero ver esta foto algún día en una revista
Si tengo suerte, saldrá en Solé la revista de turismo, espero sea la portada, me levante muy temprano para tomar esta dichosa foto –y un sonido melodioso salió de sus labios, risa, eso era-
Soy Craig –se presento- Craig Cowel, el chico que salió en tu fotografía –y me extendió su mano-
Sophie Graace –y respondí a su saludo- la que te fotografió
¿Vienes sola Sophie? Es peligroso
No vengo –y me di vuelta solo para percatarme de que Alice y Willem estaban a una gran distancia de nosotros, quizás se dieron cuenta rápido y no quisieron ser... Imprudentes- con aquella pareja de allá
Se ven bastante románticos, creo que no les molestara que te invite a un café ¿o si?
No me parece que se enojen –y fui con el a Dunkin Donnut’s-
¿Estás loca? –me gritaba Alice en aquella llamada- ¡y ni siquiera fue a Starbucks! No allí en esa cafetería de ¡aish!
Alice calma –le decía Willem intentando calmarla- ella ya tiene 18 años ya sabe lo que hace
Pero ella es mi responsabilidad –dijo la pecosa Alice Hudec-
Pero está bien
Pero pudo no estarlo
Y murió la conversación
Y luego bla bla bla, nos gustamos, y al poco tiempo nos hicimos novios, pero ahora yo estaba en parís y él en Londres y yo iría de vacaciones en pocos días, volvería a ver a mi zanahoria después de tanto tiempo, así que ese 12 de septiembre hablamos hasta el amanecer, y recordamos aquel día de abril en el que nos conocimos hace tres años.
17 de septiembre-
Hoy era el día, hoy volvería a ver a Alice y a Willem pero sobretodo volvería a ver a Craig, el gran amor de mi existencia, iba llegando al puente de Londres donde había comenzado nuestra historia de amor, mi sorpresa fue enorme al ver un ejemplar de hace tres años de la revista Solé y en tinta roja estaba escrito “el día en el que descubrí el amor 12/09/08”.
¿Qué si lo bese?
¿Qué si llore?
¿Qué si le grite a todas las personas en el puente que amaba a mi zanahoria?
Pues sí, todas las anteriores, y en ese puente, también estaban Alice y Willem, aquella hermosa pareja que había estado conmigo siempre y que eran testigos de el amor que yo sentía por esa zanahoria parlante inglesa.
Aquel día, cante The London bridge is falling down hasta que Craig me cayó con el más dulce beso sabor a café de la cafetería que Alice tanto odiaba.
Aquel día, fue el más feliz de mi vida.
Aquel día, en el puente de Londres.

Otro lunes, otra cerveza de mantequilla.

  Buenos días Múnich, otro lunes, otro día de trabajo y siempre el mismo sueño, no entiendo quizás mi vida ya es tan aburrida que hasta mis sueños se hartaron de ser originales, me llamo Audrey, tengo 16 años y soy una pelirroja que vive en los suburbios de mi ciudad, voy a una segundaria común, tengo amigos comunes y un hermano pelirrojo común, no soy popular ni la líder del equipo de porristas, pero tampoco estoy en el club de algebra ni hago divisiones de 10 dígitos en 1minuto. Audrey Sídney para los que no me conocen.
No soy alemana de nacimiento, soy de Manhattan en Estados Unidos, pero mis abuelos son de Múnich y al fallecer mi abuelo nos dejo a mi familia la cervecería Löwembräukeller. Trabajo allí para ayudar a mi padre, mi hermano y yo solemos atender las mesas ya que, es también un restaurant.
Tengo una gran interrogante, un sueño que se me ha repetido durante las últimas 2 semanas,  Angeline, la chica más popular de mi clase llega a la cervecería con un chico alto y rubio, pero cuando mi hermano va a atenderlos, ella se levanta y dice cosas bastardas sobre mí, pero aquel chico me defiende, aun sin conocerlo, me tiene muy extrañada, si lo se puede ser un sueño común como cualquier otro pero… siento que es diferente y me gustaría pensar eso. Es que, cada vez que sueño eso siento que ese chico rubio empieza a gustarme, que soy alguien para el pero luego despierto y veo que… no hay chicos rubios con ojos tan sinceros como los suyos en mi segundaria, y que mucho menos le interesaría una simple pelirroja con exceso de pecas.
¿Audrey? –la voz de mi hermano resonó por todo el pasillo- ¡llevo más de media hora llamándote mujer! Baja a desayunar que es lunes son las 8am y debemos ir a trabajar
¡Oh shit! No me he ni bañado, improvisación rápida de ducha de 5 minutos trabajando…
Y luego de bañarme, ponerme decente y desayunar unas tostadas con tocino y huevos revueltos que estaban muy sabrosas, llegue a aquel gran local ambientado en parís, con mesas muy modernas para la cantidad de años que tenia aquel local, si mi abuelo (que dios tenga en gloria) aun viviera, quizás por ser su primer cliente de la mañana se tomaría la molestia de servirte una jarra de café y sentarse junto a ti para contarte de cómo heredo la cervecería de su padre que era de su abuelo que le regalo su primera esposa que era británica, esa historia que nos conto cada vez que pudo a mí y a Arthur, mi hermano pelirrojo de grandes ojos verdes con exceso de pecas, igual a mí.
Pero el dulce y a la vez amargo sonido de la campana en la puerta me advirtió que había llegado un cliente, y al estar en verano en unos suburbios donde la única cafete-cerveceria abierta a las 8:30am estaba a dos cuadras de todo aquí. Si suburbio extremadamente pequeño. Lo mas común era que la gente comenzara a fastidiar a tan tempranas horas matutinas en vez de dormir hasta las 4pm y pasar en pijamas el resto del día.
Puse mi mejor sonrisa de blancos dientes que la semana pasada fueron al dentista y atendí a aquella mujer. Y así persona tras persona. Hasta que se hicieron las dichosas 7 de la noche y aquellos hombres, adultos y jóvenes vendrían a beber sus cervezas en menos de lo que yo esperaba. Y como si estuviera dormida de nuevo y todo este largo lunes de verano hubiese sido un mal sueño, vi entrar por aquella puerta con un cartel luminoso de “abierto” una cabellera negra hasta los hombros, piel pálida y ojos marrones llenos de malicia y crueldad… bien quizás exagero un poco, pero para mí eso reflejaba la mirada de Angeline Rudolf, una niña malcriada que cursaba mi mismo año, era delgada y estudiaba modelaje, por lo que era la más buscada por los hombres de mi grado y eso la hacia la más popular de ultimo año, entro junto a Carmenie, su mejor amiga, una rubia que se notaba que era teñida, alta y con un cuerpo… envidiable para Angeline, ya que ella era demasiado delgada, la chica no era antipática a diferencia de su mejor amiga, pero Angeline la dominaba y humillaba demasiado, pero la pobre chica seguro seguía siendo su amiga porque si no, se sentirá como un conejo en un gallinero, atrás de ellas entraron dos chicos, Marcus Villatty, un chico adorable de cabello castaño y ojos azules con unos grandes lentes Ray Ban que los adornaban, era tan simpático como un gatito, pero estaba terriblemente enamorado de Angeline, y aunque ella solo lo invitaba a salir porque Marcus era heredero de una gran cadena de hoteles en el país, y pagaba cuanta tontería se le ocurriera a la pelinegra, el la seguía amando, si, masoquismo puro. Pero lo que más llamo la atención a mis verdes y enormes ojos fue ver a aquel chico rubio de mi sueño, se veía mucho mas encantador en persona y gracias a su hermosa mirada de adorables ojos azules y esa sonrisa con brackets que me dedico al verme casi lleno a un pobre hombre con problemas de divorcio de cerveza de mantequilla, si así mismo, como en Harry Potter, la cerveza de mantequilla era una especialidad en mi familia, quizás la razón por la que era tan famoso este lugar en sus inicios. La voz de mi hermano me desoriento y me saco de mis adorables pensamientos.
Rojiza (el me llamaba así de cariño ¿no es adorable?) ¿Quieres que yo los atienda? –no me había percatado del momento en el cual tomaron una mesa cerca de la pared, la misma mesa en la que me senté apenas me mude a este lugar-
No, tranquilo, para eso estoy yo acá –y solté una tonta risita-
Bien, es que… se lo mal que te trata Angeline
Mi hermano era un año mayor a mí, el ya estaba en la universidad pero aun así sabia absolutamente todo lo que pasaba en su viejo instituto, y se entero antes de mi de lo mal que le caía a la chica más popular de mi curso
La he soportado todo el año, puedo hacerlo una noche mas –y dicho esto tome mi pequeña libreta azul con lunares negros que me había traído mi mama de Rusia y me encamine con una gran sonrisa y mirada confiada a aquella mesa, aunque poco antes de llegar quería salir corriendo abrazar a Arthur y llorarle diciendo que quería volver a Manhattan-
Hola, ¿quieren ordenar algo?
¡Hola Audrey! ¿Qué tal tu verano? –Pronuncio Carmenie ese amable saludo, pero inmediatamente la mirada fulminante de Angeline se hizo presente y la pobre rubia borro su sonrisa enérgica- lo siento, quiero un té con limón por favor
Vaya, hola pelirroja, pensé que no te volverá a ver y hasta hoy que te vi, yo era feliz –dijo aquella voz chillona y odiosa de Angeline-
Me sorprende, si no querías verme no hubieses venido al local que sabes, es de mi familia –y por primera vez en mis 3 años conociéndola, pude verla con una mirada triunfante, ella solo me vio con furia y volvió a mirar la carta de bebidas
Quiero una cerveza de mantequilla, según todos es lo mejor que hacen aquí –dijo con un tono de desprecio aquella bruja malvada con ojos llenos de… okay volví a exagerar, dijo Angeline-
No seas tan despectiva querida prima, no consigues sino enemigos siendo tan amargada y despectiva –dijo el chico rubio mirándola de manera molesta- ignórala, siempre se ha creído mas que todos en el mundo, mi nombre es Nicholas Bridge, me acabo de mudar de Londres y estoy conociendo la ciudad –y me extendió su mano que se veía delgada y blanca adornada por un pequeño anillo plateado que tenia grabado “Nadie es perfecto” supongo que se dio cuenta de que lo leí por lo que me comento- fue un regalo de una muchacha que estuvo enamorada de mi unos largos años pero que siempre ignore porque ella, era una chica muy estudiosa, una nerd, se mudo a Brasil hace un par de años pero antes de irse me dio este anillo y me dijo “no debes despreciar a nadie por como se ve, nadie es perfecto” fue un mensaje que marco mi adolescencia, desde ese día he sido mucho más humilde.
Eso fue un gesto muy tierno de su parte, realmente te dio una lección –y ambos sonreímos-
Definitivamente –y sonrió de una manera hermosa- ¿Puedes traerme una de esas cervezas de mantequilla? Me dio curiosidad con solo leer el nombre
Claro que si ¿Y tu Marcus, que pedirás? –Dirigí mí vista al castaño que no había dicho una sola palabra en todo el rato, parecía desconcertado-
¿Yo? Ahm, quiero solo un vaso de agua –y sonrió de manera forzada dirigiendo de nuevo su mirada a la carta, parecía molesto-
¡Vamos Marcus no seas aburrido! –y de nuevo la voz chillona- tráele también una cerveza, y rápido –y un chasquido salido de sus dedos, Nicholas la miro de manera fulminante-
Nunca te habías tardado tanto –dijo mi hermano- ¿Qué paso?
Nada, solo conocí al primo de Angeline, es muy agradable
¿Es agradable siendo familia de la arpía? –La cara de sorpresa de mi hermano fue un verdadero poema-
Aunque no lo creas –y reímos juntos- necesito tres cervezas de mantequilla y un té con limón –entonces imite a la “arpía” y chasque mis dedos junto con un tono parecido al de ella dije- y rapidito
Apenas tuve todas sus ordenes en la bandeja me dirigí hacia aquella mesa en la cual todos parecían disgustados, apenas empecé a entregarles a cada uno su pedido Nicholas me pregunto
¿Puedes quedarte a hablar con nosotros?, me he enterado de que no eres de acá –tenía un acento tan hermoso, muchísimo mejor que mi simple acento estadounidense, el suyo era británico, el padre de mi lengua-
Lo dudo mucho –y una cara de tristeza nació en su rostro- tengo que terminar mi turno para poder quedar libre
Pero ¿en lo que termines puedes… -y la arpía lo interrumpió-
¡Por favor Nicholas, enserio quieres que esta…  simple camarera hable con nosotros! Eres tan patético ¡Mírala, ella es patética!
Y en ese instante sentí que mis ojos se llenaban de lagrimas, pero lagrimas de furia, nadie, nadie nunca me había tratado así, pero justo antes de que yo pudiera defenderme Nicholas se levanto y con su rostro deformado por la furia le grito
¡Patética eres tú, solo eres una niña malcriada que se cree superior a todos pero quien en realidad no tiene a nadie, personas como tu son las que merecen estar solas!
Y Carmenie, se levanto y me abrazo, no un abrazo de lastima sino un abrazo de amigas, amigas que nunca habíamos sido, pero al parecer yo eso era para ella, una amiga y Marcus también se levanto y con una mirada despectiva miro a Angeline, volteo su mirada a mí y me dijo con voz serena
Eres la chica más tierna y adorable que he conocido, y no sabes cómo te aprecio, gracias a ti vi el error de persona que quería para mi vida – y luego de darme un beso en la mejilla salió del local, luego de dejarle paga la cuenta a mi hermano que veía todo como si fuera la mejor película del cine-
Angeline estaba tan sorprendida, bueno no les mentiré yo también lo estaba, que un completo extraño llegue e insulte a la peor persona de tu curso es bastante extraño, pero luego de que su furia paso y rostro volviera a tener su color normal y no rojo volcán, los tres nos dirigimos fuera del local, obvio luego de que termino mi turno, y en lo que dejamos a Carmenie en su residencia, Nicholas me pidió que le mostrara el lugar que me parecía más hermoso de toda la ciudad.
Y ahí está la historia, de cómo conocí a aquella personita especial que luego de 10 años aun está conmigo, felizmente casados a nuestros felices 26 años de edad, y como solía hacer mi difunto abuelo, esta historia se la contare a mis nietos hasta el día de mi muerte.

My Immortal

Un mes, exactamente un mes desde que su esposa murió en sus brazos, consumida dia tras dia por esa horrenda enfermedad que, según los mejores y más costosos doctores de Europa, era inevitable la muerte, que nada le permitiría curarse. Pero ellos no conocían como era Bill, el esposo de la fallecida Alice, el no descansaría hasta curarla, pero igual fue inútil tantos millones de euros desperdiciados en tratamientos vacios que, terminaron matándola más rápido que la propia enfermedad.
 Por eso, esa noche de luna llena, en el cementerio de Sighisoara  el mas romántico de toda Transilvania, el caminaba por los largos y separados pasillos llenos de tumbas y flores secas y la mayoría ya muertas como todas esas personas, y más aun, como su amada. El, su nombre Willem Tepes Kaulitz, familia directa de Vlad Tepes, mejor conocido como Vlad el empalador, en esas areas de Transilvania conocido mejor como Dracula, Bill prefería llevar el apellido de su difunta madre mortal, humana, no como él, los Tepes habían sido la primera familia vampiresa que piso Rumania y se alojo en Transilvania, temidos por sus costumbres caníbales y sangrientas, pero eso había sido hace siglos, la familia de Vampyrs , los Vampyrs muy diferentes a los vampiros, estos son la primera dinastía vampiresa, inmortales y con una característica sangre azul, los vampiros solo eran humanos convertidos que no podían ver el sol, un vampyr es superior en todo sentido. Bill, el menor de 5 hermanos, 2 de ellos gemelos, uno de los gemelos, el, se había enamorado perdidamente de una mortal, una turista de Alemania llamada Alice Hudec, hermosa castaña con pecas que le robo el vacio corazón al no vivo, humana con la dicha de sufrir una espantosa enfermedad y ser consumida hasta su muerte, la esposa de aquel vampyr legendario cuya familia aun es temida, estaba enterrada en el panteón más hermoso del cementerio, Bill se había encargado de que muriera como una princesa.
No caminaba solo, lo acompañaba su gemelo, idéntico a el, su único rasgo característico era un lunar en la mejilla y unos hermosos ojos color caramelo, diferentes de los de su hermano, que eran ligeramente más oscuros, lo acompañaba porque sentía dolor por él, quien lloro amargamente la pérdida de su amada y espero sin despegarse de la ventana una flameante noche de luna llena, que por fin había llegado.
Ambos empujaron la decorada puerta del panteón, y ahí justo en el centro estaba el ataúd de oro blanco decorada con hilos de plata y oro que bordaban el nombre de Alice, cuando eres de la familia más antigua y eres alguien que no come ni bebe, el dinero te sobra. eso solía repetirle Bill a su amada cada noche, cuando llegaba a casa con regalos de todo tipo para su único amor.
¿No es muy exagerado toda esa decoración? ya está muerta Bill
Bill pasó su mano por el borde del ataúd y suspiro con tristeza
Ella no está muerta, ya no mas
Y abrió con sigilo la tapa de este dejando al descubierto la figura humana que este contenía, a pesar de tener un mes allí se veía conservada, el cabello castaño largo hasta mas debajo de la cintura, la piel dorada ahora estaba pálida y sus pecas en las mejillas se veían aun mas, estaba muy delgada dejando atrás aquella figura que la chica poseía en vida, y sobre su mano derecha, en el dedo corazón se encontraba el anillo de bodas, un corazón hecho con rubíes con marco de oro que al reverso tenia grabado “la muerte no nos separara”, Thomas, el hermano gemelo de Bill lo había grabado personalmente para ellos, en símbolo de que lo mortal no los superara.
Bueno, me iré, tu y el cadáver necesitan... tiempo a solas supongo –y así dicho, Thomas empujo de nuevo la puerta tallada y salió del panteón-
Bueno mi amada, estamos juntos de nuevo –dijo Bill observando a su esposa- te prometí que volvería ¿recuerdas?
Y acaricio el cabello de ella bajando por sus mejillas hasta llegar a su cuello, pálido y sin pulso, Bill la tomo delicadamente sobre sus brazos y la coloco sentada en el ataúd se acerco y poso sus brillantes colmillos sobre la vena de la chica para morderla y así llevar su veneno hacia su corazón para hacerlo latir de nuevo
No le tomo mucho tiempo hacerlo, y mucho menos volver a escuchar el corazón de su amada bombear sangre que no volvería a ser rojo carmesí.
Ahg –suspiro- volveré mañana para verte despertar de tu sueño, el efecto tardara unas 12 horas, no despertaras sin que yo este acá. Te lo prometo –y después de depositar un beso en la frente de su amada salió del panteón rumbo a su mansión de nuevo-
La enorme casa decorada de manera elegante se sentía vacía sin el calor de aquella chica, Bill subió a la habitación, intacta desde hace un mes, nada se había movido, nada se había tocado desde la muerte de Alice, por primera vez en 30 días Bill se sentó en la cama y tomo la almohada que solía usar Alice para aspirar su perfume.
Te extraño amor, aunque digan que las personas como yo no tienen sentimientos, mi vida es vacia sin ti –y luego de decir esto y entre llantos Bill se quedo dormido-
-Sueño de Bill-
Caminaba por aquel desolado bosque, es otoño por lo que hace frio, pero yo no siento frio, no siento nada, veo a lo lejos una figura femenina que camina hacia un parque hace mucho abandonado, abandonado por mis hermanos, todo esto pertenece a mi familia, pero hace tanto que está solo. La chica, de piel dorada como aquellas mujeres latinas de la televisión,  tiene el cabello largo hasta mas debajo de la cintura, a la luz del poco radiante sol se ve pelirrojo, pero es completamente castaño. Siento tanta curiosidad por ella, nunca antes una chica había entrado a esta parte del bosque que estuvo protegida hace tantos años. Protegida de los humanos que no debían ver quienes éramos en realidad. Camine sigilosamente hasta llegar al parque donde la chica se columpiaba sola mirando al cielo. No quería que me viera pero en menos de un segundo se percato de mi presencia
Hola –dijo con una voz dulce aquella mortal humana, y me regalo una sonrisa hermosa-
Hola –le respondí de la misma manera, sin dejar de sonreír- ¿puedo columpiarme yo también?
Claro –me dijo sonriendo aun mas- me encantaría tener compañía
Soy Bill. Bill Kaulitz –y le extendí mi mano, ella la tomo y me respondió-
Un placer conocerte Bill, me llamo Alice Hudec
¿No eres de acá cierto?
Soy de Alemania, estoy de vacaciones, siempre me ha atraído Transilvania, ya sabes, por los mitos de vampiros
¿Vienes sola? –le dije y la vi preocupado-
Vengo con mi hermano. Pero el es anticuado y cuando vio la cerca no quiso entrar –y se rio dulcemente-
Esto solía ser un área protegida, de una familia muy adinerada, los dueños de estas hectáreas no querían que la gente del pueblo viera lo amplio de sus jardines, pero todos creían que ellos eran vampiros y forzaron la cerca, para cuando lo hicieron la familia estaba de vacaciones en América y  nadie pudo probar nunca de que ellos eran vampiros o no
Wow –dijo sorprendida- ¿Cómo sabes todo eso, parece que sucedió hace mucho tiempo verdad?
Mi madre solía contarme esas historias, mi papa –pero antes de que pudiera terminar la frase me interrumpió-
¿tu papa vivió acá?
-se me erizo la piel- mi familia paterna vivió acá, mi padre era hijo único por lo que heredo la casa y yo y mis hermanos crecimos acá
Tenían mucho espacio al aire libre, yo crecí prácticamente en el trabajo de mi mama junto con mi hermano, no teníamos mucho tiempo en casa y a mama no le gustaba dejarnos solos.
¿Cuántos hermanos tienes?
Somos 3. Tengo un hermano mayor llamado Andreas y una hermana menor llamada Marie. ¿y tu cuantos hermanos tienes?
Somos 5, tengo 2 hermanas mayores, un hermano menor y yo tengo un gemelo –sus ojos grises, wow no había visto sus ojos, me miraron sorprendidos-
Debe ser genial tener un gemelo
Lo es, mas cuando nos parecemos tanto que nadie sabe quien fue el que hizo lo que no debía hacer -y ambos reímos-
Así que te apasionan las historias de vampiros –la mire y sonrió de manera traviesa-
Sé que dirás que no existen pero, -volvió a mirar al cielo- yo creo en ellos, creo que existieron y que todavía los hay
Yo también creo en ellos, incluso, en mi casa hay un ático, en el cual hay muchos libros sobre vampiros –me miro sorprendida de nuevo, que chica tan hermosa era- ¿Quieres verlos? –sonrio como lo hizo antes-
¡Claro que sí! Le avisare a mi hermano que tardare un poco mas de lo pensado
-Fin del sueño-
La luz del sol que entraba por los enormes ventanales de la habitación me cegaron, no era que no podía salir al sol, claro que sí, soy un vampyr, pero eso no quería decir que no era molesto despertar con un rayo amarillo deformándote el iris. Había soñado con el dia en que la conoci, a mi hermosa Alice, quien pensaba que terminaría casada con su mayor adoracion, un “vampiro” aunque pase tres días enteros explicándole la diferencia que hay entre una especie y otra prefería llamarme “mi vampiro” aun parece sonar su voz llamándome por toda la habitación para que le enseñara como mis ojos cambiaban de color con mi ánimo. Vi la hora, habían pasado exactamente 11 horas desde que la mordí, así que corrí a alistarme, quería estar allí para cuando abriera de nuevo sus hermosos ojos.
Y en menos de una hora, ya estaba frente a su ataúd, cuando vi su piel palida por su muerte tornarse cada segundo con mas color, pasando del blanco infrahumano al dorado latino de su piel, su cabello quebradizo volvió a tener vida y se veía brillante como el primer dia que la vi, sus pecas volvieron a su color natural y sus labios se tornaron rojos de nuevo mientras que todo su cuerpo volvía a tener la figura radiante que ha tenido siempre y que ha sabido llevar, justo cuando el reloj marco las 8am sus ojos se abrieron, grises, brillantes y llenos de brillo se levanto cansadamente de su descanso y su mirada se encontró con la mía
Mi hermoso vampiro, -y su mano toco mi mejilla- no me dejaste morir sola, ¿Cómo llegue aquí? Si estoy muerta mi amor.
¿recuerdas lo que dice tu anillo? La muerte no puede separarnos, te he convertido y ahora, tú eres mi vampiresa
-sus ojos se abrieron mostrando su sorpresa- ¿Quieres decir que he vuelto de la muerte y ahora soy como tú?
Ahora eres lo que tanto soñabas ser
-se levanto del ataúd y se sentó en mis piernas rodeando mi cuello con sus manos y acercando sus labios hacia los míos dijo muy despacio-
A partir de hoy, volveré a ser tuya, como aquella primera noche, para quedarnos juntos para siempre, burlando a la muerte.
Y con un tan esperado beso sellamos el trato.